
COMPOSICIÓN DEL POLEN Y NECESIDADES NUTRICIONALES DE LAS ABEJAS
Impacto de los polenes en la salud de las abejas
Compartimos un resumen de un estudio publicado en 2018 por DeGrandi-Hoffman y colaboradores en el que se pretendió averiguar si había diferencia en cuanto al requerimiento nutricional de las abejas según la época del año.
Para ello se llevaron a cabo dos experimentos. Primero se analizó si había diferencias nutricionales entre el polen recogido en primavera y en otoño. En un experimento posterior, se alimentaron abejas de primavera y abejas de otoño con polen de temporada o polen de fuera de temporada. Además, infectaron a una parte de las abejas de primavera y de otoño con Nosema, para ver si la alimentación tenía efecto sobre este patógeno (Figura 1).
El ensayo se realizó en laboratorio. Se emplearon abejas italianas, 50/caja, alimentadas con ambos tipos de polen: el de primavera, recogido de 6 colmenas durante los meses de febrero a abril, y el de otoño, recogido durante los meses de septiembre a noviembre. El polen fue congelado inmediatamente.
Figura 1. Diseño del experimento.
La mezcla de polen de primavera estaba formada principalmente por polen de distintas especies de plantas de la familia de las Brasicáceas, mientras que el polen de otoño era más variado, encontrando polen de distintas familias botánicas como Asteráceas, Amarantáceas y Brasicáceas (Figura 2).
Figura 2. Composición de los pólenes de primavera y de otoño.
Los pólenes de primavera y otoño presentaron concentraciones similares de proteína y ácidos grasos, pero el polen de primavera tenía mayor concentración de aminoácidos y ácidos grasos, necesarios para el desarrollo de las glándulas hipofaríngeas, aprendizaje y mayor actividad frente a patógenos (Tabla 1).

Tabla 1. Contenido de aminoácidos y ácidos grasos en el polen de primavera y de otoño.
Se observaron diferencias en la respuesta de las abejas según si se alimentaban con polen de la temporada correspondiente a la abeja o fuera de temporada. También se observaron diferencias si las abejas estaban infectadas con Nosema o no.
Las abejas de primavera fueron más sensibles al tipo de polen. Los efectos de consumir polen de temporada o fuera de temporada se incrementaron con la infección de Nosema, pues las abejas presentaron menor desarrollo de las glándulas hipofaríngeas, principalmente las abejas de primavera alimentadas con polen de otoño. Estos resultados sugieren que el tipo de polen juega un papel fundamental en la respuesta frente a Nosema. Las abejas de otoño fueron menos sensibles al tipo de polen que las de primavera.
Este estudio indica el ajuste de cada tipo de polen a las necesidades nutricionales de cada estación, particularmente en lo que se refiere a los requerimientos de la cría en primavera y al almacenamiento de nutrientes en otoño.
En España el centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo (CIAPA) es un referente en los estudios de Nosema.
Para ampliar la información sobre Nosema, os dejamos el enlace de una revisión bibliográfica que ha publicó la Universidad Cardenal Herrera el año pasado. En ella se hace un repaso a las características de este hongo, el proceso de infección y resultados de diversos estudios para el control de la nosemosis.